viernes, 25 de febrero de 2011

Mañana no existe hoy.

Baila corazón, hasta que el viento te alcance, baila y deja que entre en él, el aire. Oxigénate, llénate de vida, vive como si mañana no hubiera día. Piensa que algún día no habrá mañana y que puede que mañana mismo no exista. No vale la pena darle tanta importancia a lo que no la merece, aunque cueste, aunque duela, aunque rompa en mil pedazos esa estúpida maquina roja que palpita bajo nuestro pecho. No lo hagas, no le des importancia, vive, vive, vive y repito vive como si no hubiera mañana.
Un consejo  quizá demasiado difícil, ¿no?

sábado, 19 de febrero de 2011

“Abrázame, por favor.”


+Siento tu corazón…
-Late con fuerza, ¿verdad?
+Sí, y tu respiración esta algo acelerada.
-Sí, un poco…   
+¿Estas nerviosa?
-¿y cómo no voy a estarlo?
+¿Por qué tendrías que estarlo?
-Porque estoy contigo…


Y un hermoso beso creo el silencio…

jueves, 17 de febrero de 2011

Aire.

Una ráfaga de aire, una fuerte ráfaga de aire que me vuelva invisible, que haga que mi cuerpo se deshaga en mil pedazos y todos ellos vuelen en una dirección, perdiéndose entre la espesura  de esta estúpida civilización. Tal y como le ocurre a aquel diente de león, esa bella planta, tan débil que una simple ráfaga de viento deshace aun sin quererlo.    

domingo, 6 de febrero de 2011

Nos creíamos inmunes.

Sin estar seguros de nada nos fundimos en un abrazo, un abrazo que nos quemó hasta lo más hondo del corazón. Nos sentíamos fuertes, nos creíamos grandes pero éramos dos pequeños idiotas inofensivos a los que el mundo les quedaba grande. Pensábamos que nada pasaría, pensábamos que nuestros corazones eran de hielo igual que pensábamos que nuestra carne era de hierro. Pero no somos inmortales, ni somos inmortales ni somos inmunes al dolor, y menos a ese dolor que quiebra el corazón. Pero tenía tantas ganas de que me besaras, creía que con solo un beso tuyo llegaría hasta el sol, hasta el sol  y más allá. Lo mismo creías tú y eso fue lo que nos engañó. Nos hizo sentirnos idiotas cuando, tras varias copas nos gritamos y golpeamos, y al día siguiente no solo nos dolía la cabeza también nos dolía el corazón. Durante días quizá meses, durante todo ese tiempo nos dolió y tuvimos que ir reconstruyendo poco a poco ese corazón, cada uno el suyo y en soledad. Nos dimos cuenta de que no éramos inmunes a nada, de que  ni nuestro corazón era de hielo, ni nuestra carne de hierro. Y después de ir consumiendo un cigarrillo tras otro, después de derramar tantas lágrimas que ya lloro sin ellas me doy cuenta de que no merece la pena, de que algo ha cambiado, me doy cuenta de que ya te he olvidado. Hoy mi vida vuelve a empezar, hoy he pegado el último trozo de este corazón. 

jueves, 3 de febrero de 2011

Desear

Desear, desear volar, volar y desaparecer, desaparecer en el cielo, cielo negro y estrellado, volar de noche para que nadie te pueda ver, y perderte, perderte de este mundo al que parece que no perteneces, porque sin saber por qué hay algo que te hace sentir eso, algo que te hace sentir una extraña total atrapada en un mundo raro. Quizá no es que estés en un mundo raro, quizá eres tú la rara, quizá eres tú la que no encaja. Pero quién diablos va a pensar eso de uno mismo, no imposible. Lo que está mal es este mundo, no soy yo, Yo soy normal, soy una normal incomprendida a la que le gustan cosas que a nadie le gustan, a la que todos miran raro y quien no lo hace es porque se ha molestado intentar conocerla. Una chica normal, una chica más, alguien que en nada destaca y por lo que en nada llama la atención. Alguien insignificante atrapada en un mundo grande, un mundo que parece no darle mayor importancia, pero que a la vez se molesta en dañarla. Alguien que solo pretende vivir. Ese alguien soy yo.