lunes, 31 de enero de 2011

Porque aunque pensemos que no, hay cosas que duelen.

Somos esclavos de nuestras acciones, tanto de las que hemos hecho como de las que nos atribuyen aun sin ser nuestras. Pero lo somos, somos esclavos de ellas y ganamos una fama, merecida o inmerecida pero a fin de cuentas una fama que nos acompañara durante años. Cuántas veces hemos deseado que el tiempo se congelara. Parar el reloj y que todo a nuestro alrededor se parara, vivir así aunque fuera unos instantes. Instantes en los que poder respirar tranquilamente sin sentirse ahogado a causa de una extraña presión causada por eso, por una fama que no es tuya. Porque cuando un rumor comienza, cuando se abre paso entre la multitud, es imposible detenerlo y por muy fuertes que seamos, por muy poco que nos importe lo que piense la gente que no nos conoce, hay cosas que duelen, hay miradas que duelen… Porque es así. Porque en esta vida muchas cosas duelen.

viernes, 28 de enero de 2011

Un tiempo de placer y complicidad.

En cuanto su mirada y la mía se encontraron, en cuanto esa mirada se mantuvo más de diez segundos lo supe, supe que eras para mi, supe que esos ojos me mirarían en la penumbra de una habitación, supe que esos labios  y esa lengua recorrerían mi cuerpo con una gran ansiedad, supe que esas manos tímidas acariciarían mi espalda, supe que tu corazón latiría con fuerza contra mi pecho, lo supe y lo sé, eres para mi. Nos pasaremos los días buscando lugares discretos y escondidos, donde poder desatar la pasión que hay dentro de nosotros, nos miraremos con ojos cómplices, creeremos querernos, pero lo único que querremos será complacernos a nosotros mismos, apagar por un rato esa ansiedad de sexo y placer, y después de un tiempo acabaremos dándonos cuenta de que esto no nos llena, de que alguno de los dos quiere algo más, tomaremos caminos diferentes, iremos en busca de lo que realmente queramos. Solo nos quedara el bonito recuerdo de unos meses de placer y complicidad, unos bonitos y placenteros meses entre tú y yo.

jueves, 27 de enero de 2011

Extraña atmósfera etílica.




Extraña atmósfera etílica, intoxicación de nicotina, borrosos recuerdos de una habitación y en el centro una cama, sobre ella tu y yo jugando a recordar, recordamos viejos tiempos, tiempos en los que apasionados nos besábamos, tú me quitabas el vestido y yo te desabrochaba el pantalón, tú te quitabas la camisa y yo me desabrochaba el sujetador, jugábamos a sentir el placer jugábamos haciendo el amor, pero sobretodo tu jugabas a romperme el corazón.
y ahora vuelvo a caer, vuelvo a caer en tus brazos, vuelvo a caer en tu juego, volvemos a jugar. Pero esta vez es distinto, esta vez sin compromiso, esta vez sin amor, esta vez solo buscamos placer, esta vez solo por diversión.
Esta vez los dados los tiro yo.

Cuando un corazón lleva ventaja.

Y un amor se apaga, se va y deja atrás otro que sigue encendido, que sigue ardiendo como el primer día y este segundo amor siente que algo se rompe en mil pedazos, siente que algo se quiebra y sabe que nunca volverá a ser lo mismo, que nunca ese corazón podrá volver a ser el mismo. Porque cuando algo te oprime el corazón con tanta fuerza que apenas te deja respirar piensas que todo se acaba, que de ahí nunca podrás salir, que es algo que jamás lograras superar. Pero no es así el tiempo hace milagros, y es el tiempo quien se encargara de hacer que eso que te oprime el corazón desaparezca, o al menos ira perdiendo fuerza poco a poco, te dejara más libertad, más espacio para respirar y poco a poco iras aprendiendo a vivir de nuevo, aprenderás a ilusionarte, a sonreír e incluso aprenderás a enamorarte, si, a enamorarte de nuevo, porque el mundo no acaba, porque tu vida no acaba con un corazón roto, porque quizá no sea la única vez que se rompa o quizá sí, quizá después aparezca el amor de tu vida. Todo es saber esperar y arriesgar.