Una ráfaga de aire, una fuerte ráfaga de aire que me vuelva invisible, que haga que mi cuerpo se deshaga en mil pedazos y todos ellos vuelen en una dirección, perdiéndose entre la espesura de esta estúpida civilización. Tal y como le ocurre a aquel diente de león, esa bella planta, tan débil que una simple ráfaga de viento deshace aun sin quererlo.
Preciosa la entrada!!
ResponderEliminarme encanta como escribes :)
Un besiito.