lunes, 23 de mayo de 2011

Y miras hacia todos lados, buscando lo que necesitas, buscando algo que crees que forma parte de ti, algo que crees que te completa y que te hace ser realmente quien eres y no lo encuentras y algo en tu interior se encoje, algo que te hace sentir vacía, débil y estúpida, te falta el aire, no puedes pensar, te pesa el cuerpo, cada movimiento que intentas hacer te cuesta el triple y se te nota en la cara y la gente te mira y te pregunta qué te pasa. No te comprenden, no saben a lo que te enfrentas, no saben que conoces cual será tu destino y que no podrás cambiarlo, que lo único que está en tu mano es aprender a vivir así y formas una barrera, un escudo emocional al exterior. Pero no lo comprenden, no entienden que no seas capaz de sonreír  de manera que tus ojos brillen, no comprenden el peso que acarrean tus hombros. Y las ilusiones se desvanecen y ese peso va aumentando, y esos ojos van entristeciendo cada vez más y más y esa barrera que habías puesto al exterior va desapareciendo poco a poco, y llega un momento en el que todo se nota y los ojos se llenan de lágrimas y no hay forma de ocultar el dolor que nace en tu corazón. 

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